martes, 1 de octubre de 2013

Fe científica

Incluyo aquí lo que considero un claro ejemplo de propaganda ideológica incluida en el libro de texto de química de segundo de bachillerato que me tocó estudiar en su momento y que, en mi opinión, demuestra que tanto la ciencia como ciertas autoridades educativas que presumen de lo contrario recurren también, como la religión, al asunto de la fe. Al respecto, léanse con atención el comienzo del tercer y del cuarto apartado titulados Formación de sistemas discretos y Las primeras formas de vida respectivamente. El final del artículo no tiene tampoco desperdicio. A pesar de la incertidumbre y la ignorancia existente en lo que hace referencia a la aparición de las primeras 
formas de vida en la Tierra los autores continúan considerando plausible la posibilidad de aclararla y explicarla mediante evolución química y prebiológica. ¡Cosas más extrañas veredes amigo Sancho!

EL ORIGEN DE LA VIDA
Fue en 1922 cuando el bioquímico ruso A. I. Oparin expuso la primera teoría de relieve sobre el origen de la vida, a partir de compuestos inorgánicos. Esta teoría recogía los conocimientos científicos de la época y desarrollaba sobre bases físico-químicas los procesos que habrían conducido desde la materia inanimada hasta las primeras formas de vida. Sin embargo, carecía de base experimental y no podía ser considerada más que como una visión especulativa del problema.
En 1953, S. L. Miller consiguió sintetizar un gran número de compuestos orgánicos provocando descargas eléctricas en una atmósfera reductora que contenía exclusivamente metano, amoníaco, hidrógeno y vapor de agua.
Este fue el principio de una larga serie de estudios experimentales encaminados a esclarecer el problema del origen de la vida. Es notable que estos experimentos confirman, de un modo general, la hipótesis de Oparin, que hoy se acepta en sus líneas fundamentales, aunque han surgido diferencias de opinión en diversos puntos, fruto de una intensa investigación de este problema que está aún muy lejos de haberse resuelto. Actualmente se acepta, de acuerdo con Oparin, que el origen de la vida comprende varios estadios sucesivos:
1. Origen de los compuestos orgánicos
Las teorías cosmogónicas actuales, así como ciertas líneas de experimentación, sugieren que la atmósfera de la Tierra en sus primeras edades estuvo formada fundamentalmente por metano, vapor de agua, amoníaco e hidrógeno y tendría, por tanto, un carácter marcadamente reductor. Existirían probablemente también cantidades muy pequeñas de sulfuro de hidrógeno y algunos otros gases.
La ausencia de oxígeno y ozono facilitaría grandemente la penetración de las radiaciones cósmicas y ultravioleta en la atmósfera y ésta sería la fuente de energía más importante para iniciar los procesos de síntesis orgánica. Se ha demostrado experimentalmente que en estas condiciones se habrían sintetizado gran número de compuestos orgánicos sencillos, muchos de ellos de fundamental importancia bioquímica, tales como aminoácidos, hidroxiácidos, azúcares, bases nitrogenadas, etcétera. Estas sustancias se disolverían en el agua de los océanos, donde se acumularían en el transcurso del tiempo. Simultáneamente proseguiría la síntesis de compuestos orgánicos en el medio acuoso, como han demostrado Oró (1962) y Ponnamperuma (1963). De esta forma es muy probable que los océanos de la Tierra primitiva llegaran a alcanzar una concentración relativamente elevada de compuestos orgánicos. El largo camino de la evolución química, que ha de conducir desde los compuestos orgánicos sencillos hasta las primeras formas de vida, va a transcurrir en el seno de estos océanos en donde se dan las condiciones físico-químicas y termodinámicas precisas para ello.
2. Origen de las macromoléculas
Aunque actualmente la síntesis de los compuestos orgánicos sencillos en las condiciones de la Tierra primitiva está bastante fundamentado sobre bases experimentales, no se puede decir lo mismo respecto al origen de los
biopolímeros, cuyo estudio es todavía muy especulativo. Las principales dificultades que plantea la síntesis prebiológica de las macromoléculas son la ausencia de catalizadores enzimáticos y el hecho de que las fuentes de
energía disponibles en las condiciones de la Tierra primitiva (p. ej., radiación ultravioleta) actuarían descomponiendo las estructuras macromoleculares de las proteínas y de los ácidos nucleicos. A pesar de todo, diversas pruebas experimentales tienden a demostrar la posibilidad de esta síntesis. Citemos, por ejemplo, la síntesis de cadenas peptídicas por copolimerización térmica obtenida por Fox y colaboradores (1960) y por Ponnamperuma (1963). Asimismo, Schramm y colaboradores consiguieron sintetizar polinucleótidos por polimerización de nucleótidos con un catalizador inorgánico. Sin embargo, estamos muy lejos todavía de poder explicar la aparición de las primeras proteínas y de los ácidos nucleicos.
3. Formación de sistemas discretos
De un modo u otro, las grandes moléculas hicieron su aparición en los océanos primitivos como resultado de los procesos químicos que tenían lugar en ellos. A partir de este momento, las macromoléculas se agregan en sistemas polimoleculares de naturaleza coloidal, que se separan de la fase acuosa formando organizaciones dotadas de individualidad. Es lo que Oparin ha denominado coacervadosLa formación de estos sistemas estaría determinada por las propiedades coloidales de las macromoléculas.
El estudio de la formación de los coacervados indica que estos diminutos sistemas no serían una simple aglomeración de sustancias de alto peso molecular, sino que estarían dotados de una cierta estructura interna.
Estos sistemas, aunque individualizados, interaccionan con el medio externo, o sea, no constituyen sistemas cerrados. Sin embargo, no existe todavía en ellos el dinamismo químico que caracteriza al protoplasma celular. 
Estamos aún lejos de las primeras formas de vida. 
Fox y colaboradores han obtenido sistemas similares a los coacervados a partir de los proteinoides obtenidos por copolimerización térmica de los aminoácidos.
4. Las primeras formas de vida
Los coacervados evolucionaron en complejidad estructural y en organización a causa de su capacidad de interacción con el medio. Sin embargo, el paso decisivo hacia el origen de la vida lo constituye la transformación de los
coacervados estáticos en sistemas dinámicos en estado estacionario, cuya estabilidad "tendría que estar basada sobre una estructura inestable, mantenida por la utilización constante de energía y materiales" (Keosian).
La transici ón de los sistemas estáticos a los dinámicos tuvo que ser forzosamente gradual y a partir de coacervados de estructura y organización muy compleja. Con toda seguridad, la selección natural jugó un importante
papel en orientar la evolución de los sistemas polimoleculares discretos hacia un estado de equilibrio dinámico.
Este estado, por otra parte, que sólo sería posible sobre la base de una organización supramolecular dentro del coacervado, conferiría a éste una mayor independencia del medio y una individualidad mucho más acusada.
En este momento se estaría al principio de las formas de vida más elementales. Sin embargo, en estos aspectos próximos ya a la aparición de las primeras formas de vida, casi todo es oscuridad e incertidumbre. A pesar de lo cual, cada vez aparece más plausible la posibilidad de aclarar y demostrar los caminos de la evolución química y prebiológica que condujo a la aparición de la vida sobre la Tierra.
Ediciones Anaya S.A.
Madrid, 1982
Jesús Morcillo Rubio y Manuel Fernández González 

13 de diciembre de 2008                                   Vitoria-Gasteiz


En relación con este tema de la manipulación ideológica en la enseñanza te sugiero la lectura del artículo ¿Laicismo o libertad? de Javier Laspalas, doctor en Pedagogía, publicado en El Correo el 12 de diciembre de 2004.

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