viernes, 27 de septiembre de 2013

"Donde hay comercio hay vida ...

Comercio vasco, de confianza. Un país en marcha”.  
Así reza el eslogan de la última campaña del departamento de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno Vasco. Uno tiene la impresión de que en esto del lenguaje publicitario vale todo. Cualquier persona con sensibilidad es consciente de que la implicación entre ambos sustantivos es precisamente
la recíproca: donde hay vida hay comercio. Pero no son moralmente
equivalentes, si se entiende el comercio en un sentido amplio. En un mundo en el que la existencia del comercio de armas, la trata de mujeres, la esclavitud infantil, el comercio de niños es vox populi se juega maniqueamente. A tenor del criterio institucional estas actividades
comerciales rezuman vida. El hecho de que las propias instituciones
enfaticen en esta implicación es síntoma del mercantilismo y del
consumismo que imperan en la sociedad. Aunque no tenga necesidad,
para dar ‘vidilla’ a la ciudad, ¡usted consuma! Nada importa ya en una
sociedad en progresión creciente de deshumanización y pérdida de valores.

El Periódico de Álava   22 de noviembre de 2003  Cartas al Director

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