miércoles, 21 de enero de 2015

Palabra de Dios

Resulta fácil toparse con la Palabra de Dios en círculos cristianos, pero para encontrarla en otros ambientes es necesario estar muy atento y dispuesto y, sobre todo, tener un oído espiritual muy fino. Reconozco que a mí me cuesta oír a Dios, pero de vez en cuando... A continuación comparto lo que me ocurrió hace unos días: Entré en un supermercado de la ciudad y, mientras esperaba en la cola de caja, un hombre desconocido que me antecedía se dirigió a mí y, en vista de que mi única compra era una bolsa de caramelos, me cedió su lugar, al mismo tiempo que argumentaba su proceder explicándome que a él le agradaba que le hicieran lo mismo cuando su compra era exigua. En estos casos suelo limitarme a dar las gracias, más que nada por timidez, pero en esta ocasión sentí muy adecuado compartir con él ese consejo bíblico que dice: "Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos [...] ". ¿Cuál fue mi sorpresa? Pues que el hombre agregó amablemente: "Mateo 7:12", a lo que no pude sino asentir con un sincero y emocionado: "¡Amén!". Ni qué decir tiene que entretanto el cajero y las pocas personas que allí estaban nos miraban a los dos como las vacas al tren.


21 de enero de 2015                                                   Vitoria-Gasteiz

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