El pasado año 2020 quedará marcado en la historia por motivo de la mayor FARSA mundial que se ha perpetrado, la PLANdemia del Covid–19, un engaño a escala planetaria que está siendo usado por una minoría elitista y criminal, que gobierna las naciones en la sombra gracias a su imperio económico–financiero, como herramienta para imponer su ansiado Nuevo Orden Mundial. A la fase actual de este maquiavélico plan la han bautizado como Agenda 2030, pero su plan viene de muy atrás en el tiempo.
Las profecías anuncian que, desgraciadamente, conseguirán su objetivo de implantar una dictadura mundial en la que se atacará todo lo sagrado y se perseguirá a todas aquellas personas que se resistan a adorar a la bestia.
La población está siendo bombardeada por los medios terroristas de desinformación masiva, que le engañan con datos falsos, día sí y día también, y que le ocultan la verdad, que hay división entre los científicos a la hora de identificar las verdaderas causas que están provocando este síndrome llamado Covid-19. No obstante, hay muchos indicios que apuntan a que las causas no son biológicas sino físico–químicas. Son ya muchos los científicos que se decantan por la llamada teoría medioambiental de la Covid. De hecho, el propio Ministerio de Sanidad del Gobierno de España, a instancia judicial, ha reconocido que carece de cultivos virales del llamado Sars-Cov-2 para ensayos y que no conoce ningún laboratorio en el mundo que los tenga, de lo que se deduce que muy probablemente nadie lo haya aislado con lo que científicamente NO existe.
Así pues, lo que nos toca a la ciudadanía es apagar la TV, investigar, informarnos en otros canales de internet o por otras vías y, en definitiva, no dejarnos engañar por toda esta pléyade de pseudo–periodistas y políticos vendidos al mal.
Por ejemplo, se sabe que la tasa de mortalidad de este síndrome no es alta, en torno al 0,06% y que muy probablemente la hipótesis del contagio sea falsa. Recordemos que se ha atribuído a este síndrome la muerte de 5,11 millones de humanos y que al año mueren de hambre en el mundo unos 8,76 millones.
En realidad, las restricciones y medidas que se han ido tomando, como las del uso obligatorio del bozal, el distanciamiento, el toque de queda, la prohibición de las reuniones, etc. lejos de coadyuvar a la mejora de la salud pública lo que hacen es deteriorarla.
El verdadero virus que se ha inoculado en la sociedad es el del miedo, que siempre ha sido un arma política. Que muchos se hayan percatado ahora de nuestra vulnerabilidad pone de manifiesto cuán alejada está la sociedad de la verdad de la existencia, que no es otra que la de una total dependencia de nuestro Creador.
Parece inevitable, que vamos a tener que adaptarnos a esta nueva subnormalidad y a tener que replantearnos nuestra forma de vida, pero no va a ser por libre elección sino por imposición de unas élites sectarias y secretas.
Como consecuencia, los que lo eran, ya no podrán seguir siendo consumistas, porque la mayoría no tendrá ni para comer. Y en cuanto a que algunos ven en la nueva subnormalidad la posibilidad, por fin, de ser más solidarios con los vulnerables ¡bien podrían haberse aplicado a ello mucho antes impidiendo el asesinato de decenas de millones de niños abortados al año a los que se les ha negado el derecho a la vida!
El objetivo del arresto domiciliario impuesto a mediados de marzo del 2020 no fue la reducción del impacto de una enfermedad sino la provocación de una gran crisis económica de graves consecuencias para millones de trabajadores, una merma poblacional y un cambio de hábitos en la población para transformarla en temerosa, controlada, esclava y totalmente dependiente de las grandes firmas comerciales y corporaciones financieras y económicas.
Por primera vez en la historia se está procediendo a inocular a la población unos sueros que no han superado las habituales fases de experimentación que suelen demorarse de cinco a diez años y que además contienen, aparte de múltiples detergentes tóxicos y metales, material genético modificado e incluso células de tejido fetal, que ya están causando muchos efectos adversos, entre los que se vislumbra el de la esterilización de las nuevas generaciones. El transhumanismo y los nuevos mutantes ya están aquí.
No podemos olvidar que de cada diez fallecidos por causas achacadas a este síndrome, siete han sido ancianos que vivían en residencias y que, en realidad, han sido víctimas de abandono, aislamiento, privación de cuidados médicos, mala praxis médica y, en definitiva, de iatrogenia.
¡Menos iniciativas pseudo-solidarias y más libertad para poder atender a nuestros familiares mayores, a quienes muchos no han podido ni despedir por prescripción gubernamental y a quienes se está torturando con un bozal y con la privación del contacto de sus seres queridos. No obstante, finalizamos diciendo que hay esperanza, puesto que esta dictadura, que ya vivimos, será breve en el tiempo dado que pronto se instaurará el verdadero, armonioso, justo y paradisíaco Reino del Todopoderoso Yahwéh. Maranatha!
A continuación puedes ver un vídeo con información veraz
Vitoria-Gasteiz 17 de noviembre de 2021
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