viernes, 16 de marzo de 2018

La hipótesis de Eva

Uno de los mantras que recita el neofeminismo es el de que la próxima revolución será feminista o no será. A lo largo de la historia de la humanidad las revoluciones han tenido casi siempre como objetivo la defensa de un valor moral, el cumplimiento de la justicia, la obtención de la libertad, o la mejora del bienestar de la sociedad. Pero no ocurre lo mismo con la pseudorevolución que nos ocupa ya que, aunque dice abanderar la lucha por la igualdad de la mujer en la sociedad, en realidad esconde objetivos espúreos, maquiavélicos y de destrucción social. Y es que si se indaga en su ideario y se desenmascaran sus argumentos nos topamos pronto con una cultura de muerte: aborto, inversión de la pirámide poblacional, guerra de sexos, transexualidad, etc. Sin embargo y sorprendentemente, parece evidente que los medios ya se han plegado a esta nueva visión neofeminista y han hecho suyo el discurso 'políticamente correcto' según el cuál la mujer está oprimida y es una víctima de los llamados patriarcado, machismo y capitalismo.




Amplios sectores sociales han comprado también el boleto del neofeminismo y esgrimen que con la implantación del nuevo paradigma de empoderamiento de la mujer, de imposición de la ideología de género, de licencia libertina para el aborto, de laicismo y de uso de criterios y toma de decisiones neofeministas, todo va a ir mejor y la sociedad emergente va a ser más civilizada, más avanzada, más justa e igualitaria, dado que parten de la premisa falsa de que la violencia está incardinada en el ADN masculino. Craso error. Algunas mentes despejadas afirman que la Historia es cíclica como las estaciones climatológicas o muchos ciclos de la naturaleza y es esta apreciación, junto con la observación de los acontecimientos que estamos viviendo en las sociedades occidentales, en las que en un espacio muy breve de tiempo se está legislando para que se desmorone la organización socio-moral que llevaba siglos establecida e interiorizada, las que me llevan a plantear la que denomino hipótesis de Eva:
Cuando Dios creó al ser humano, hizo primero al varón, Adán; luego hizo a la mujer, Eva, usando una costilla del hombre. Pero Eva siendo engañada por Satanás incurrió en transgresión; seguidamente también el varón desobedeció a Dios y con su caída entró el pecado en el mundo y como consecuencia la muerte. Pero Dios tenía trazado un plan divino para la reconciliación con sus criaturas e iba a consentir un tiempo para que cierto contingente de hombres y mujeres se salvaran de la muerte eterna por medio de la fe en su Hijo Jesucristo y adquirieran la potestad de ser hechos hijos suyos y a la postre pudieran disfrutar de la vida eterna. Y al igual que fue Eva la engañada, conjeturo que el anunciado final de ese tiempo de gracia va a venir también precedido por el hecho de que Eva va a ser engañada por segunda y última vez ya que en mi opinión el neofeminismo está seduciendo a muchas mujeres y les está haciendo creer que su desarrollo personal pasa obligatoriamente, primero, por aparcar la maternidad para delegarla en terceros, ya sea en el Estado, con sus llamadas escuelas infantiles de 0 a 3 años, ya sea en los varones, que habrán de solicitar prolongadas bajas de paternidad, o en personas profesionales del cuidado de menores, y segundo, por enfrascarse en actividades que supuestamente les reportarán plenitud y satisfacción personales. Craso error de nuevo. Y dijo Satanás a Eva: "¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto, para que no muráis?" Y vuelve a decir hoy Satanás a Eva: "¿Conque Dios os ha dicho que os salvaréis engendrando hijos, si permaneciereis en fe, amor y santificación, con modestia?" 






Dice la letra de una canción cristiana que "la presencia de Jesús, al diablo le quema"; también suele decirse que cuando se usa bien la espada del Espíritu, esto es, la Palabra de Dios, el diablo se incomoda y su reacción se hace visible. No comparto los dogmas de fe de la ICAR, pero algunas veces suscribo lo que dicen algunos católicos; por ejemplo, la idea del señor Munilla, obispo de San Sebastián, cuando expresa que "detrás de la nueva ola del feminismo radical se encuentra el diablo y que éste le ha metido un gol a la dignidad de la mujer cuando se asume que el aborto libre y selectivo es un derecho". Así opino yo también pues ¿no son espirituales la lucha y algunos enemigos? "Porque no tenemos lucha contra carne y sangre, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efesios 6:12). 


"Munilla, el diablo va a por ti"


Se acerca el fin, el señor viene pronto. Maranatha.

Vitoria-Gasteiz                                             16 de marzo de 2018

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