lunes, 25 de septiembre de 2017

Independentismo de Estado

Según Rousseau, sólo un Estado formado por libre adhesión de las personas que lo constituyen, en un auténtico Pacto o Contrato Social primigenio, puede estar libre de fuerzas centrífugas y disgregadoras.




 Este tipo de Estado es una utopía pues no existe Estado en el que todas las personas que lo constituyen se hayan adherido de forma voluntaria. La Constitución española de 1978 se asemejó bastante, con muchos matices, a este tipo de Contrato Social en tanto que surgió como proyecto común, pero plural y diverso, de distintas comunidades y culturas. Pero no ha sido suficiente; los sentimientos nacionalistas e independentistas de algunos catalanes y algunos vascos están de nuevo tocando los tambores de la secesión.




 No comprendo cómo se deja engañar el ciudadano de a pie con los discursos populistas de los dirigentes que astutamente arengan a las masas señalando adversarios y enemigos ficticios, manipulando la información y la educación, dividiendo a la sociedad en buenos y malos patriotas, a la par que prometen 'el oro y el moro' cuando aseguran, mintiendo, que en sus futuros Estados todo irá mejor. La Historia se repite una y otra vez; desgraciadamente los humanos no aprendemos y sufrimos corrupción, injusticias, guerras, y todo por falta de discernimiento sin el cuál lo más fácil es caer en las garras de estas marionetas del mal. Por eso, a ti te digo lector: ¡es posible abrir los ojos y  ver que la lucha no es contra carne y sangre sino contra principados y potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes de maldad que operan en las regiones celestes! 



El poder de estas fuerzas sobrenaturales es tan grande que es capaz de aglutinar, paradójicamente, en una misma causa a partidos de izquierda, tradicionalmente internacionalistas y solidarios, con partidos nacionalistas, independentistas e insolidarios. Y lo hacen con sutileza apelando a la democracia y al derecho a decidir de los pueblos, disfrazándose de ángel de luz, como siempre hacen. ¿Quién decide que una comunidad es un pueblo? ¿Quién decide quienes son soberanos para organizarse en una democracia? Oremos a Dios para que no haya otra guerra en España.







Vitoria-Gasteiz                                            25 de septiembre de 2017

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