Cristianofobia

La reciente campaña de la asociación HazteOir, que se caracteriza por la defensa de valores cristianos como la defensa de la vida, del matrimonio
y de la familia, la ayuda a los cristianos perseguidos, etc. y que por su trabajo es calificada por los medios como fundamentalista, ultracatólica, facha, tránsfoba y homófoba, no ha podido siquiera comenzar debido a que ha sido prohibida por un juez. El autobús que portaba el lema Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen ha sido inmovilizado en la ciudad de Madrid y no se le permite circular ni por las calles de esta ciudad ni por las de otras ciudades de España. 

A la asociación se le acusa de discriminación y de incitar al odio a las personas transexuales y ésta insiste en que los objetivos de la campaña son expresar su postura contraria a la ideología de género y su discrepancia con las leyes que permiten al colectivo LGTBI adoctrinar con dicha ideología a la población infantil. Estos hechos contrastan con la alfombra roja que se le puso a la asociación Chrysallis de Euskadi y Navarra de padres y madres de menores transexuales cuya última campaña fue muy bien acogida en las instituciones vascas y cuyo lema era Hay niñas con pene y niños con vulva. Así de sencillo. ¡Ver para creer! Esta medida judicial es, en mi opinión, un evidente ataque al derecho fundamental de libertad de expresión y contrasta con la permisividad y total licencia que se otorga a las expresiones ofensivas hacia ciertas creencias y costumbres religiosas como las acaecidas en Las Palmas de Gran Canaria en la pasada Gala del Carnaval. 

Estos y otros hechos cada vez más frecuentes pueden ser muy bien descritos con una sola palabra: cristianofobia. 
En los tiempos que corren, los cristianos tenemos un difícil reto. Me pregunto cómo reaccionaría nuestro Maestro Jesús ante estos acontecimientos y en mi mente revolotea la enseñanza que nos dejó con su ejemplo de amor sacrificando su vida por cada uno de nosotros en la cruz. Si Jesús oró a Dios para que perdonara a sus ejecutores porque "no sabían lo que hacían" quizás también nosotros debamos orar a Dios para que nos ayude a no juzgar ni a condenar a las personas que protagonizan estos actos ya que, ciegas, engañadas y cautivas como están por el lazo del diablo, "no saben ni lo que hacen ni lo que dicen".
Jesús nos recordó que Dios nos hizo: varón y hembra. También dijo: "Yo soy la verdad, el camino y la vida"; nos puso un espejo delante para que reconociéramos nuestra condición pecaminosa y para que fuéramos conscientes del juicio venidero, pero también nos ofreció el regalo de la salvación y de la vida eterna. Este es el papel de los cristianos: Jesús nos llamó a ser "luz y sal de la tierra" y a difundir su buena nueva de salvación. También nos advirtió de que en los últimos tiempos sufriríamos persecución, pruebas y tribulaciones. Oremos a Dios para que abra los ojos espirituales a todas estas personas que abanderan orgullosas sus idearios y para que nos dé fuerzas para soportar las injusticias.

                                Entrevista a César Vidal


Vitoria-Gasteiz                                                    2 de marzo de 2017