lunes, 30 de septiembre de 2013

Competitividad con el prójimo

Curso tras curso, ríos de tinta llenan las memorias anuales de las direcciones
de los centros escolares de nuestra progresista y moderna sociedad con conceptos pedagógicos como el desarrollo integral de los educandos
o la transversalidad de objetivos curriculares encaminados a lograr las finalidades educativas propias de cada etapa, entre las que se hallan,
por citar algunos ejemplos, la de la socialización, la interiorización de valores éticos o el desarrollo de la participación, la responsabilidad, la tolerancia
y el pensamiento reflexivo, todo ello en un marco de no competitividad y de respeto a los demás. A priori todo aparenta políticamente correctopero a la luz de los hechos y de la realidad social resulta muy difícil conjugar algunos
aspectos de esta filosofía educativa con los métodos empleados al ofertar empleo público. El pasado día 6 de octubre DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA publicó en su sección de vecinos la noticia con el titular de Más de 7000 personas concurren a una de las 190 plazas de la OPE municipalTras leer el contenido de la información me quedé perplejo. Al parecer, "entre las curiosidades de las estadísticas cabe resaltar que la mayor de las demandas se da en las plazas de administrativo, donde 2300 personas se pelearán por
12 puestos de trabajo. Alto es también el atractivo despertado por la única plaza de Biblioteconomía y Documentación que ha salido a concurso, a la que se han presentado 375 candidatos"Asimismo en otra de sus páginas se publica el titular Educación convoca para junio una nueva OPE de 550 plazas
de Secundaria. Creo que a fecha de hoy aún no se ha revelado cuántos se presentarán, pero mucho me temo que será un número importante. Pareciera como si toda esta ingente masa no hubiera logrado interiorizar aquellos recomendables objetivos educativos y se abocara a “pelear” o competir contra el de al lado por obtener un puesto de trabajo en el tan laureado funcionariado. Y digo bien “contra el de al lado” porque si consigo yo el puesto no lo consigue mi prójimo. La existencia de una casta social como la del funcionariado, a la que aspiran OPE tras OPE tantos ciudadanos y ciudadanas cual parias en su lucha por alcanzar la más elevada casta del brahmán ¿no es un indicio de la injusticia del sistema de organización social y de oferta del empleo público? ¿O habremos de ir pensando en modificar la filosofía educativa a desarrollar y aplicar con nuestros menores y empezar a educarlos y formarlos en la competitividad, tal y como nos sugieren tanto la economía de mercado capitalista como la propia coherencia?

Diario de Noticias de Álava     25 de octubre de 2007
Cartas al Director

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