viernes, 27 de septiembre de 2013

Carta a Javier Moraza, portavoz de Unidad Alavesa en las Juntas Generales de Álava

Vivimos tiempos en los que no es conveniente creer a pies juntillas lo que aparece en los medios de comunicación ni, en particular, en la prensa escrita; no es la primera vez que se tergiversan las palabras de uno o que se manipula, sacando fuera de contexto, el razonamiento de quien resulta
entrevistado. Dicho esto, transcribo a continuación la frase que ha motivado esta carta y que, ignoro si de manera fiel, el Periódico de Álava de esta ciudad le atribuye a usted, a quien no conozco, dicho sea de paso, en la entrevista publicada en su diario del día 23 de enero de 2000.
El político tiene que estar pagado de forma correcta porque si no, estamos condenados a que en este mundo estén los que no valen para otra cosa o los que tienen asegurada su vuelta al trabajo, como los funcionarios.
Sr. Moraza:
Muchos “de los que no valen para otra cosa”, día tras día se levantan muy de mañana para hacernos el pan necesario para nuestro sustento; muchos “de los que no valen para otra cosa” nos limpian el retrete del despacho o de la oficina para que lo podamos usar a diario en condiciones higiénicas óptimas; Sr. Moraza, muchos “de los que no valen para otra cosa” son los autores
materiales de las casas que nos cobijan e incluso de los palacios y chalets que a algunos les sirven para aislarse de la plebe; algunos “de los que no sirven para otra cosa” nos planchan la camisa y la corbata todas las mañanas para que podamos ir impecables a trabajar; algunos otros “de los que no sirven para otra cosa” miran al cielo por la mañana para ver si llueve
o no cuando la tierra lo necesita porque son los responsables de obtener los cereales, las hortalizas, los frutos y demás alimentos que después se servirán en nuestras mesas; Sr. Moraza, algunos “de los que no sirven para otra cosa” se limitan a vivir renunciando a las riquezas materiales porque son conscientes de que donde está su tesoro allí está también su corazón y de que su modo de existencia es buena para la Humanidad. Sobre todos estos, Sr. Moraza, pende también cual espada de Damocles la incertidumbre de si el trabajo les sonreirá o no el día de mañana y que yo sepa no se les recompensa su actividad con tan exageradas cuantías. Desde que tengo uso de razón y de corazón siempre he valorado por igual todas y cada una de estas actividades y nunca se me había pasado por la imaginación el que alguna de ellas hubiera de ser recompensada económicamente más que otra. Todavía hoy me sigo preguntando si estas actividades que he mencionado y otras muchas más están pagadas de forma correcta. Soy consciente de que, desgraciadamente, la idea de que algunos oficios se han de recompensar con
más dinero que otros impregna con fuerza hasta la "más baja" de las capas sociales de la sociedad en que vivimos, y en ello sigue fundamentándose la supremacía de las capas "más elitistas". Hoy, disponen ustedes del poder que les permite cometer este tipo de injusticias y otras; mejorar su situación económica más si cabe, sin reparar en la existencia de tantos y tantos dramas familiares en los que se lucha por llegar a fin de mes es verdaderamente insultante. Pero llegarán días Sr. Moraza en que los ojos de las gentes se abrirán y entonces se habrá dado otro paso más para eliminar las desigualdades sociales. No pretendo con este escrito abrumarle ni tomarle por "sparring", pues me consta que su opinión es compartida por la mayoría de los dirigentes políticos y autoridades varias. Tan sólo quiero hacerle ver que a algunos ciudadanos no nos engañan ustedes. 
No es la primera vez que escribo y manifiesto que sería bueno que fueran ustedes pensando que no son imprescindibles. 
Dicen que es bueno aquello por lo que parece no pasar el tiempo, por eso me atrevo a afirmar que las siguientes palabras, atribuidas a Jesús, son buenas en verdad:
Mas Jesús, llamándolos, les dijo: Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. 
Marcos 10:42-45

24 de enero de 2000                                                 Vitoria-Gasteiz

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