La actual campaña de vacunación contra la llamada Covid-19 se presenta con el falso eslogan "MI VACUNA TE PROTEGE".
Algunos no ignoramos quién es el gobernante del mundo y sabemos que, como padre de mentira que es, tergiversa la verdadera realidad, la cual bien podría expresarse con el eslogan "MI SANO MODO DE VIDA TE PROTEGE", pero este no es del agrado de los dueños de las grandes multinacionales farmacéuticas.
La frase "MI VACUNA TE PROTEGE" contiene implícitas, al menos, dos premisas falsas. La primera es que el suero que se está administrando entre la población sea una vacuna. Como se sabe, las vacunas tradicionales contenían cierta carga bacteriana o viral atenuada con el objetivo de que el propio sistema inmunológico de la persona vacunada se activara y creara los anticuerpos necesarios.
Pero esta vez los sueros contienen, al parecer, aparte de diversos metales y detergentes tóxicos, ARN-m cuyo objeto es inducir a que pueda modificarse el propio material genético de las células de quien se somete al pinchazo. Los efectos adversos a corto plazo entre la población ya se están haciendo notar y peores pueden ser los efectos a largo plazo, los cuales se desconocen dado que esta campaña no se ha planificado siguiendo los habituales plazos y la experimentación con animales, sino que es un gran experimento a nivel mundial con la población humana.
La segunda premisa falsa es la de que por el hecho de recibir ese pinchazo uno adquiera la capacidad de proteger al prójimo; más bien, podría decirse que sucederá lo contrario, pues es muy probable que en el proceso se liberen nuevos y desconocidos agentes víricos que habrán de ser neutralizados por los individuos sanos y fuertes de la comunidad.
La formación biológica que se imparte en los actuales currículos escolares se ha caracterizado desde hace decenios por abrazar el paradigma pasteuriano, que es el que más le ha convenido siempre a la gran industria farmacéutica. De ahí que, junto con el alto grado de ignorancia y de pereza investigadora de la gran mayoría de la población, casi toda la ciudadanía piensa que un "virus" es un agente patógeno que surge de la nada y que viene a asesinarnos cual terrorista de la vida. Se trata de la teoría de los gérmenes comúnmente aceptada aunque no fundamentada. Pero la realidad bien pudiera ser muy distinta, pese a quien le pese. Lo cierto es que los seres vivos y, en particular los humanos, convivimos con las bacterias y microbios y albergamos en el interior de nuestro cuerpo una infinidad de ellos, así como de "agentes víricos"; de hecho el porcentaje de nuestras propias células humanas es similar al de las bacterias y sensiblemente inferior al de los "agentes víricos" que albergamos.
En cuanto a los agentes víricos" o más conocidos como "virus", la ciudadanía ignora que no son seres vivos, y por tanto, no pueden ser considerados como patógenos; de hecho, son más propios que extraños, pues son pequeños fragmentos de nuestro material genético que son expulsados por nuestras propias células en los llamados "exosomas", cuando éstas entran en procesos de apoptosis o muerte programada, causada por factores de estrés físico o químico al que se han visto sometidas.
Así es, nuestras células, antes de morir, trocean de forma ordenada su propio ADN y lo envuelven en cápsulas de grasa con el objeto de que sirvan de información para el resto de las células de su entorno a fin de que, al menos ellas, se protejan o se libren de ser víctimas del mismo estrés físico o químico que les ha causado a ellas la muerte.
Este es el paradigma de Béchamp, el rival de Pasteur; Béchamp afirmaba que la enfermedad no es sino un desequilibrio con el medio y que solo aparece cuando la condición del huésped es desfavorable o el medio es hostil y con su teoría celular se opuso desde el principio a la teoría de los gérmenes de Pasteur. Según su teoría "Es la salud de la célula lo que es importante, no los gérmenes".
No hace falta decir que su punto de vista, fue desprestigiado y borrado del mapa y así nos va. Los poderes en la sombra ocultan muy bien que las causas de las enfermedades radican en la mala alimentación, en la contaminación del ambiente, en el estrés físico por radiación electromagnética a que se somete a la población y, en definitiva, en el pésimo modo de vida que se nos induce a llevar.
A estas causas habría que añadir la del pecado, que según el Maestro Yahshúa (Jesús) era el causante de muchas de nuestras enfermedades.
"Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor". (Juan 5:14)
¡Cuánto bien nos haría seguir la máxima hipocrática "Que tu alimento sea tu medicina"! Y esto ya nos lo anuncia la Palabra de Elohim (Dios) cuando nos habla de su cercano Reino: "[...] el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones". (Revelación 22:2)
Terminaré la entrada de hoy recordando las palabras de Shaúl (Pablo) por si sirven para disuadir a algunas personas de seguir usando una prenda que nos deshumaniza, que nos impide el normal y natural proceso de la respiración y que, además, es perjudicial para nuestra salud física y psicológica.
"¿No sabéis que sois templo de Elohim (Dios), y que el espíritu de santidad mora en vosotros? Si alguno destruye el templo de Elohim, Elohim lo destruirá a él; porque el templo de Elohim, el cual sois vosotros, santo es". (1 Corintios 3:16)
En el siguiente enlace dispones de un informe técnico con información de los colectivos "Médicos por la verdad" y "Biólogos por la verdad" en el que demandan el cese de las actuales campañas de vacunación génica.
Vitoria-Gasteiz 30 de marzo de 2021