Este hecho supondrá ciertamente el fin de este mundo tal y como lo concebimos hoy, lleno de injusticias, de gobiernos corruptos, de violencia, de hambre y enfermedad y, en definitiva, el fin de un mundo en el que los individuos viven esclavos de sus pecados.
Comenzará entonces un nuevo reino, el de Yahshúa, el Mesías de Israel, quien gobernará la Tierra por un milenio y que, a la postre, una vez entregado al Padre, no tendrá fin; será un reino lleno de paz y armonía, en el que las personas tendrán la oportunidad de vivir eternamente si es que deciden, en libertad y sin la opresión del maligno, reconocer a Elohim como único Rey Todopoderoso del Universo y a su Hijo como Rey de Israel.
En Hechos 1:3-7 se narra que después de que Yahshúa fuera resucitado por Yahwéh, el Padre, se les apareció a sus discípulos durante cuarenta días hablándoles acerca del reino de Elohim y que antes de ser ascendido al cielo, los discípulos le preguntaron si iba a restaurar el reino a Israel en aquél tiempo. Sin embargo, Yahshúa les contestó que no les tocaba a ellos "saber los tiempos o las sazones que el Padre puso en su sola potestad". Asimismo, el propio Yahshúa afirmó, respecto de su segunda venida, que "del día y la
hora nadie sabe, ni aun los malakhim (ángeles) de los cielos, sino sólo mi Padre" tal y como leemos en Mateo 24:36.
Por tanto, no es recomendable, por absurdo, intentar predecir una fecha exacta para este importantísimo acontecimiento que, sí o sí, ocurrirá en la Tierra y al que asistirá perpleja la humanidad. No obstante, al escudriñar las Escrituras Sagradas, en especial los libros de Daniel y Revelación (Apocalipsis), y comparar sus profecías con los eventos que vivimos hoy, se vislumbran muchos indicios y señales que nos advierten de que nos encontramos ya muy cerca.
A principios del siglo XVIII el filósofo y polifacético científico Sir Isaac Newton predijo que este evento no ocurriría antes del año 2060 d.C. y lo hizo con el ánimo de zanjar el debate acerca de la inminencia del fin del mundo que preconizaban los agoreros de aquella época.
En efecto, "en una carta escrita con puño y letra de Newton y fechada en 1704, el físico realizó un cálculo basado en un fragmento de la Biblia sacado del Libro de Daniel" que le sirvió a Newton para interpretar que "debían pasar 1260 años entre la refundación del Sacro Imperio Romano por Carlomagno (año 800 d.C.) y el regreso del Mesías".
Entonces el "tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo son 42 meses o 1260 días o 3 años y medio, contando 12 meses por año y 30 días por mes, como era hecho en el calendario del año primitivo. Y los días de las bestias de vida corta puestos por los años de los reinos vividos, el período de 1260 días, si se cuenta desde la conquista completa de los tres reyes en el año 800 después de Cristo, terminará en el 2060 después de Cristo. Podría terminar después, pero no veo razón para que termine antes."
Los cálculos de Newton de la profecía de Daniel 7, datada en el siglo VI a.C. son, en mi opinión, bastante acertados, si bien, comprendo que las personas que no están familiarizadas con la simbología escatológica que impregna los textos proféticos de la Biblia encontrarán estos análisis bastante abstrusos; tal es el caso de los periodistas que han recogido esta noticia recientemente en algunos medios de comunicación.
"[...] Después de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de hierro, devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y tenía diez cuernos. Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aquí que este cuerno tenía ojos como de
hombre, y una boca que hablaba grandes cosas. [...] Me acerqué a uno de los que asistían, y le pregunté la verdad acerca de todo esto. Y me habló, y me hizo conocer la interpretación de las cosas.[...] Entonces tuve deseo de saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que era tan diferente de las otras, espantosa en gran manera, que tenía dientes de hierro y uñas de bronce, que devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies; asimismo acerca de los diez cuernos que tenía en su cabeza, y del otro que le había salido, delante del cual habían caído tres; y este mismo cuerno tenía ojos, y boca que hablaba grandes cosas, y parecía más grande que sus compañeros. Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía, hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino. Dijo así: La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará. Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará. Y hablará palabras contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo. Pero se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin, y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán."
Según muchos eruditos, la cuarta bestia representa el Imperio romano; los diez cuernos de su cabeza representan los diferentes reinos que le sucedieron o coexistieron tras su caída en el año 476 d.C., es decir, francos, germanos, hérulos, suevos, anglosajones, burgundios, visigodos, lombardos, vándalos y ostrogodos. En cuanto al cuerno pequeño, casi todo apunta a que representa al sistema papal, un reino distinto a los otros y que ha operado, a veces abiertamente, y otras desde bambalinas, pero siempre muy próximo al poder político de cada época.
El cristianismo se practicó con dificultad y persecución durante los primeros siglos d.C. hasta que fue tolerado por el Emperador romano Constantino I en el año 313 d.C. (Edicto de Milán). En vista de la controversia y disputas teológicas acerca de la identidad del Hijo de Elohim, se convocó el Concilio de Nicea en el año 325 d.C. en el cual se adoptó como ortodoxa la doctrina trinitaria y se calificó como herética la doctrina arriana, según la cual el Hijo de Elohim ha existido en el cielo antes de ser encarnado en la persona de Yahshúa y fue engendrado por el Padre antes de crear el universo y todas las cosas y seres que hay en él. Esta decisión se refrendó en el año 381 d.C. en el Primer Concilio de Constantinopla. Los hérulos, vándalos y ostrogodos abrazaron el arrianismo pero debido a la persecución y a la imposición de las creencias oficiales del Imperio, estos reinos fueron obligados a abrazar el catolicismo romano trinitario de modo que a finales del siglo VIII la verdad arriana se convirtió en una creencia muy minoritaria, tal y como se refleja en la profecía cuando afirma que "y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, y a tres reyes derribará." La historia muestra que a lo largo de la Edad Media han sido constantes las tropelías cometidas por este sistema papal, así como las palabras contra el Altísimo (recuérdese el título Vicarius Filii Dei o Sustituto del Hijo de Dios que han mostrado muchos papas), y las terribles formas usadas para perseguir, condenar y martirizar a los santos, mediante instituciones como las diversas Inquisiciones de Languedoc, española, hispánica o romana. Asimismo, parece fácil relacionar la frase "pensará en cambiar los tiempos y la ley" con el establecimiento del calendario gregoriano y con las diversas doctrinas no bíblicas adoptadas como fundamentos de fe por los sucesivos concilios del papado, tales como la trinidad, la inmaculadada concepción de María, la santificación y beatificación de algunos creyentes, la santificación del domingo o día del sol, la inmortalidad incondicional de las almas, la tortura infernal eterna, la abolición de la Toráh de Elohim, la creencia en el purgatorio, etc.
Así pues, para hacer una estimación de la fecha del regreso del Mesías, es clave determinar cuál es el punto de partida del período de los tres años y medio proféticos, es decir, de los 42 meses proféticos o 1260 días proféticos, que equivalen a 1260 años corrientes.
La profecía de Daniel menciona que los santos "serán entregados en su mano (del cuerno pequeño) hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo." Es por eso, lo cual suscribo, que Newton identifica este punto temporal con el momento histórico en el que Carlomagno fue coronado como Emperador del Sacro Imperio romano por el papa León III quien lo eligió como protector de la Santa Sede de la Iglesia católica a la par que ésta se aseguraba así el poder político-religioso desde donde operar con total libertad para conseguir su espúreos objetivos. Es evidente que, en la actualidad, el poder de este "cuerno pequeño" se ha visto muy mermado, hasta tal punto que nos acercamos ya al cumplimiento de otra profecía, la de Apocalipsis 17:16-18:
"Y los diez cuernos que viste en la bestia, estos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego, porque Elohim ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Elohim. Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra."
En definitiva, todo concuerda y los acontecimientos políticos y "sanitarios" que vivimos en la actualidad corroboran que estamos presenciando el surgimiento de la otra "bestia" globalista que se menciona en Apocalipsis 13:11-18:
"Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. Y se le permitió infunfir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene
entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis."
Newton ha sido descrito por muchos como uno de los más grandes científicos de la civilización por sus trabajos en los campos de la Física o la Matemática. Pero otros "muchos de sus manuscritos que datan de entre 1642 y 1727 fueron donados por un coleccionista a la Biblioteca Nacional de la Universidad Hebraica, donde comenzaron a ser estudiados en Inglaterra por el llamado Proyecto Newton, que se encargó de descifrar los textos. Estos escritos ponen en evidencia un aspecto de la vida del gran físico inglés que muchos desconocen: su gran fe, a tal punto que pasó 55 años intentando decodificar la Biblia, donde creía que se encontraban las leyes divinas del universo".
No obstante, su metódico estudio de la Biblia y de la lengua hebrea, que le ha valido para ser catalogado como ocultista, alquimista o incluso hereje oscuro, ha sido, en mi opinión, una aportación a la propagación de la verdad de mayor calidad que la que supuso su teoría de la gravitación universal. Recordemos que Newton se mostró contrario a la postura trinitaria oficial del catolicismo con lo que muy probablemente se halle entre los santos que esperan su recompensa en el reino de Elohim cuando sea resucitado.
El historiador de la ciencia Stephen D. Snobelen, ofreció hace unos años esta faceta de Newton en un documental de la BBC titulado "Newton: El hereje oscuro" y que se encuentra disponible en YouTube. En los próximos decenios se comprobará si las predicciones de Newton eran correctas o no.
¡A Yahwéh sea toda la gloria y la honra! ¡Venga pronto su Hijo Yahshúa, nuestro redentor y Rey de Israel! Maranatha!
אמן
"No hay filosofía más sublime que la conocida con el nombre de Sagrada Escritura". Isaac Newton
Un sitio recomendable para seguir aprendiendo
https://sendaantigua.net
Vitoria-Gasteiz 16 de julio de 2020