Antes de que terminara la colocación me ausenté pero con la intención de regresar otro día. Al día siguiente pasé de nuevo por allí y con sorpresa observé que ¡la bandera de España no aparecía expuesta! El asunto me intrigó e intenté indagar un poco. Enseguida sospeché que la responsabilidad de esa decisión recaía en la dirección del centro que seguía algún criterio exclusivista de dudosa aplicación. Ni corto ni perezoso, me puse en contacto telefónico con el autor. Para mi sorpresa, se trataba de un colombiano residente en Vitoria desde hace varios años, quien me explicó que tuvo que apartar la bandera de España a causa de las insistentes y grotescas protestas de una persona que se encontraba en el lugar en el momento de la colocación de los objetos. Al parecer, los hechos transcurrieron en presencia de unas empleadas municipales quienes no se opusieron a la retirada de la bandera de España. Aproveché la ocasión para trasmitirle al autor mi opinión de que lo correcto habría sido mantenerla en la exposición y le felicité por lo atractiva de la misma. Él, por su parte, me invitó a volverla a visitar en su próxima presentación al público en alguna otra sala de la ciudad.
¡Esperemos que en esta ocasión luzca también la bandera de España!
Vitoria-Gasteiz 28 de marzo de 2017