Recientemente he podido ver y escuchar un video del papa Francisco que se
está difundiendo en las redes y que me ha sorprendido e inquietado; en él
aparecen varios líderes religiosos de las religiones budista, católica, judía
y musulmana que declaran creer en un dios y el papa afirma que, aunque otros sienten y piensan distinto, el dios que buscan o encuentran es el único que existe, y que ante tanta diversidad de creencias la única certeza que tenemos, según él, es que todos los seres humanos somos hijos de Dios. Confieso que me he quedado anodadado ante semejante afirmación del papa habida cuenta de que, basándome en mi pequeña medida de fe, sólo tienen potestad de ser hechos hijos de Dios aquellos que creen en Jesús como su único Salvador, es decir, los que le reciben (Juan 1:12); en otras palabras, para ser hijos de Dios es preciso nacer de nuevo, tal y como le explicó nuestro Maestro a Nicodemo. "Nadie viene al Padre sino por mí" (Juan 14:6) -dijo Jesús a sus discípulos. Afirmo que todos somos criaturas de Dios, pues nos ha creado a todos, nos ama a todos y nos manda que amemos al prójimo, incluso a nuestro enemigo, pero deducir que todos somos hijos de Dios, como hacen algunos, del hecho de que el amor ha de ser universal es, a mi entender, una tergiversación del mensaje de Dios, escrito en su Palabra, la Biblia. Por otra parte, si Jesús llamó hijos del diablo a muchos fariseos,
es fácil concluir que no todos somos hijos de Dios: "Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer" (Juan 8:44). En su Palabra, también puede leerse: "En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo; todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su
hermano, no es de Dios" (1 Juan 3:10), luego queda claro que no todos somos hijos de Dios.
Vitoria-Gasteiz 13 de enero de 2016